Agenzia Immobiliare Ulivieri dei Fratelli Ulivieri S.a.s. di Ulivieri R. e Nonni R. & C.

En el corazón más reservado y poético de Santa Colomba, donde la quietud del paisaje senés se funde con la solemnidad de la historia arquitectónica, surge un apartamento de rara sugestión, incrustado dentro de un antiguo edificio público, hoy finamente restaurado y transformado en elegante residencia. Sumergido en la primera parte de la zona, este inmueble acoge desde la primera mirada, gracias a un majestuoso portón de hierro forjado, automático, que se abre a un sendero de piedra: una entrada que cuenta dignidad y belleza.

En el lado derecho del camino se disponen ordenadamente los puestos de aparcamiento asignados, mientras que todo alrededor, como queriendo protegerlo en un abrazo verde, se extiende un frondoso jardín comunitario que rodea el edificio por todos y cada uno de sus lados. No es privado, es cierto, pero se vive como un auténtico pulmón de alma y respiro.

El acceso a la vivienda está precedido por una sobria y armoniosa escalera comunitaria compuesta por veintidós peldaños: al subir, se percibe ya el paso de un espacio común a uno privado, casi sagrado. Tras el portón blindado, aquí están otros quince escalones —privados y espléndidamente acabados— que conducen al alma de la casa. Una ventana panorámica incrustada en la pared inunda de luz natural la escalera y enmarca la campiña toscana como si fuera un cuadro vivo y cambiante.

La morada se revela en toda su singular particularidad, fruto de un proyecto arquitectónico que fusiona con sapiencia el calor de la tradición toscana y la racionalidad de un gusto contemporáneo. El techo a dos aguas con vigas a la vista domina los espacios principales, confiriendo al ambiente una atmósfera acogedora y al mismo tiempo sofisticada.

El núcleo de la casa es la amplia cocina habitable, un verdadero lugar de convivencia, donde la zona de comedor y la parte de cocción se asoman a dos encantadoras terrazas a modo de bolsillo: rincones íntimos, perfectos para un café por la mañana o para saborear el silencio de la tarde. La cocina se abre luego a un estudio de paso, también embellecido por una propia terraza, que conduce al baño verde, dotado de ducha e iluminado por un tragaluz que lo transforma en un espacio luminoso y aireado. Al lado, casi escondida como una gema, una lavandería lateral completa con caldera añade una nota funcional sin renunciar a la estética.

Del otro lado de la casa, volviendo a través del distribuidor, se descubre el baño azul, también con ducha, carente de ventana pero igualmente cuidado en los detalles. Superado este ambiente, se abre finalmente el salón: zona de quietud, reflexión y descanso, servido por otra terraza equipada con mesa y sillas, ideal para momentos de lectura o para un sorbo de vino al atardecer. Desde aquí, con un fluido paso, se accede a la habitación principal, reservada y acogedora, enriquecida por un tragaluz que deja filtrar la luz celeste y los pensamientos más ligeros.

Para completar la propiedad, en el semisótano, una bodega cómoda y seca, valiosa para el almacenamiento o como espacio adicional de servicio.

Una vivienda que no se cuenta solo en metros cuadrados, sino en emociones. Un refugio raro, donde cada detalle tiene un alma y cada ambiente invita a quedarse.